Debo confesar que desde siempre he tenido predilección por los grupos juveniles, posiblemente porque soy de la generación de los Nuevos Mutantes. Cuando las primeras historias del grupo llegaron a España de mano de Forum los personajes tenían aproximadamente mi edad y disfrutaba leyendo mes a mes sus miedos e inquietudes. La Rahne la tímida supersticiosa, el Sam pueblerino patoso, Roberto el ligón, Illyana la incomprendida, Dani siempre fuerte, pero también estaba Xi'an, Amara, Doug y Warlock. Cuando unos años más tarde aparecieron los Nuevos Guerreros, seguí también con interés la formación del grupo y Nita y Robbie se convirtieron enseguida en mis personajes favoritos.
Aunque seguí devorando otros supergrupos juveniles que fueron saliendo a lo largo de los años, ninguno de ellos me impactó tanto como Runaways. Por aquel entonces ya me estaba comprando varias colecciones directamente en versión original, así que al ver que la reagrupaban en formato Digest me compré el primer tomo... ¡y qué sorpresa! Me enamoré literalmente de ellos. La colección simplemente rompía esquemas. Un grupo de hijos de supervillanos que se revelaban contra sus padres, con una narración muy personal e íntima. No obstante ser arquetipos dentro de su caracterización (la feminista, el líder nato intelectual, la gótica, el hijo maltratado algo gamberro, la niña simplona que no se entera de nada y la chica hippy y algo ingenua), no había personaje que no fuera interesante: Gert, Nico, Chase, Alex, Molly y como no Karolina.
Arte de Adrian Alphona
El primer volumen de los Runaways es imprescindible dentro de cualquier comicteca marvelómana. En él vemos la formación del grupo como se va desarrollando sin prisas a lo largo de los primeros seis números. Tras unos números de transición, llega el apogeo con el enfrentamiento definitivo con sus padres y los seres mitológicos responsables en cierta forma del nacimiento de los seis chicos.
Aunque el segundo volumen siguió manteniendo el nivel del anterior, en los últimos números, Brian K. Vaughan el creador de los Runaways abandonó la colección. Joss Whedon fue el encargado de cerrar la serie con una interesante historia de viajes es en el tiempo que añadió a Klara Prast al grupo. Un personaje sin duda chocante, una niña forzada a casarse maltratada por su marido, mucho mayor que ella.
El tercer volumen sin embargo perdió el rumbo. Terry Moore, el autor de Stranges in Paradise, una colección autoeditada, se encargó de los primeros números, pero no llegó a coger el hilo a los personajes y pronto fue reemplazado Kathryn Immonen pero la historia no mejoró y terminó cerrándose en el número 14 dejando la historia completamente en el aire con Chase hospitalizado y Compasión desaparecida.
Dos años más tarde, Rob Williams retomó los personajes allí donde había quedado y los usó para una historia de Daken: Dark Wolverine. Los Runaways tuvieron una aparición póstuma en la Avengers Academy y de ahí el grupo fue roto para usar a Nico y Chase como varios de los chicos secuestrados por Arcade en la imprescindible Avengers Arena. La fue el éxito de esta gran saga que la pareja siguió las desventuras de los supervivientes de Mundoasesino en Avengers Undercover.
No hay muchas expectativas de volver a ver a los Runaways de nuevo como grupo. Si bien es cierto que durante las Secret Wars aparece una formación con ese nombre, la alineación es radicalmente distinta (Júbilo, Amadeus Cho, Capa y Puñal, Skaar y Molly, la única que repite). Tras el evento tampoco parece que vayan a recuperarlo, ya que sin ir más lejos Nico va a formar parte de A-Force.
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