Hay ciertas colecciones que, cuando las ves aparecer, piensas que no van a durar mucho tiempo con independencia de la calidad de las mismas. Y es que las políticas editoriales sin duda han cambiado en los últimos años. Desconozco en detalle las reglas del juego, pero se intuye por donde van los tiros. En este periodo de hipercapitalismo si una colección no está en el top, se cancela con rapidez y hay personajes que difícilmente lo van a estar nunca: uno de ellos es Deathlok.
El Deathlok original apareció por primera vez en Astonishing Tales nº 25 (1974). La historia se situaba en un futuro cercano, nada menos que 1985 donde el Coronel Luther Manning fue herido críticamente en combate y se le transformó en un ciborg. Si bien Deathlok gozó de la popularidad suficiente para que sus aventuras se cruzaran con numerosos personajes de la Tierra-616 (Spiderman, la Cosa, el Capitán América), Marvel quiso dotar a su universo principal de su propio Deathlok, así nació Michael Collins. El personaje protagonizó una serie limitada de cuatro números y poco después su propia colección regular. Como decíamos, en esa época una colección minoritaria aguantaba el listón bastante tiempo y la serie alcanzó los 34 números (1991-94). Durante un lustro el personaje cayó en el olvido y no fue hasta 1999 que se recuperó. Esta vez el nuevo Deathlok era Jack Truman, un personaje rescatado de las páginas de Cable. La nueva serie duró tan solo 11 números y tuvieron que pasar diez años para que tuviera una nueva oportunidad. Deathlok vol 4 se publicó en el 2.010, pero la serie alcanzó todavía menos números, tan solo 7. Posiblemente el personaje seguiría olvidado de no ser por que Deathlok debutó en la serie de televisión de los Agentes de SHIELD. El quinto volumen llegó al mercado en diciembre del 2.015. De nuevo se optó por crear a un nuevo Deathlok, siendo Henry Hayes su última encarnación.
Realmente merece la pena echar un vistazo a la última entrega de Deathlok. El guionista Nathan Edmondson crea una historia que atrapa desde el primer momento, bien narrada y con personajes secundarios interesantes. El dibujo de Mike Perkins encaja como guante al dedo. El relato se va desgranando poco a poco en cada número, sumido en el misterio y lleno de personajes en la sombra. Además pronto se introduce en él a Michael Collins, transcurriendo a partir de eso momento dos hilos paralelos que no se unen hasta el final. Los diez primeros números son en realidad la presentación y ubicación del personaje, una especie de origen que nos sirve para plantar las bases de lo que debería ser su historia.
He aquí el problema, la serie termina cuando todo parece listo para que empiece realmente la historia de Henry Hayes. Secret Wars se la lleva por delante y de momento no se encuentra presente entre los lanzamientos tras el macroevento. ¿Volveremos a oír hablar de Henry Hayes? Sólo el tiempo lo dirá.
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